domingo, 8 de mayo de 2016

Psicodanza

Psicodanza (Resumen de “La milenaria danza del vientre: el lenguaje oculto”)

Es un método  para el cuidado de nuestro cuerpo y para la realización de una coreografía. Concretamente es el análisis psicológico de la danza que nos permite conectarnos con nuestro interior y nuestras emociones, para así poder interpretar mucho mejor lo que nos sucede cuando bailamos.
Según Amir Thaleb, hay varios planos: el espiritual, mental, emocional y físico. Estos planos son aquellos que necesitamos conectarnos para poder trabajar y aprovechar terapéuticamente todo lo que nos ofrece la danza, no solo la del vientre.

El plano físico pertenece a nuestro cuerpo. Lamentablemente en él depositamos todas nuestras frustraciones, nos desquitamos de todo aquello que no logramos plasmar con nuestros movimientos. Por eso es común  la serie de auto castigos que nos implementamos los bailarines con nuestro cuerpo, ejemplo: torceduras de tobillo antes de un estreno, tener fallas en la postura ante los giros, perdida de equilibrio, no podemos relajarnos y realizar Shymies, o nos enfermamos, no nos concentramos, etc. Todo producto de poner en nuestro cuerpo todo lo malo que nos sucede. Es necesario amarlo, respetarlo y por sobre todo, ser agradecidos con él, por el hecho de permitirnos hacer lo que amamos: bailar. Liberar la mente, es espíritu y dejar fluir nuestras emociones es lo necesario para que nuestro cuerpo se exprese libremente.
El plano emocional radican aquellas emociones que nos movilizan bajo el estímulo de aquellos mensajes negativos o positivos que se grabaron en nuestra niñez. Se halla a la altura de nuestras caderas, allí se encuentra nuestra parte instintiva, la energía sexual.
El plano metal se concentra en nuestro pensamiento y estado psicológico. Está en la cabeza, entre nuestras cejas, es donde se encuentra nuestros conocimientos, la técnica y todo aquello relacionado con la danza. Es donde se plasma las inspiraciones.
El plano espiritual es nuestra área mística, nuestro vuelo y conexión hacia el universo. Se halla a la altura del pecho donde se encuentran nuestros más profundos sentimientos, donde esta nuestro miedo a la vida y la muerte, los anhelos, aquí se encuentra el verdadero amor a la danza. En general, este plano cambia durante el transcurso de la vida, es decir, madura.
Cada vez que nos encontremos con alguna dificultad corporal, antes de descargar la ira en el cuerpo, tomémonos unos minutos para preguntarnos qué es lo que me pasa y poner una actitud más positiva. Esto nos permite conocernos un poco más y disfrutar de lo que más amamos, bailar.
Hay varias formas de crear una coreografía, varios métodos. Pero lo primordial es que siempre comencemos con el plano emocional, luego el afectivo/espiritual y por último el mental.

Método intuición.
Cuando elegimos la intuición, significa que nos debemos dejar llevar por nuestra intuición y por las propias sensaciones que percibimos. ¿Qué nos sugiere instintivamente al escuchar la canción?

Método por análisis
Significa tomar la pieza musical o canción, analizarla, desmenuzarla completamente e identificar primero el estilo musical, el espíritu interpretativo, que coreografía demandaría y sobre todo verificar el mensaje que quiere ofrecer el compositor, sea la que brindamos con nuestro cuerpo.

Método de imágenes
Es realizar mentalmente un proceso de inspiración a través de lo que la música, mentalmente, nos dibuja, no surge solamente del coreógrafo, sino también de los bailarines. Es captar todas las imágenes y sensaciones que nos producen al escuchar alguna canción de forma espontánea y trabajar la coreografía a través de lo recopilado.



(Ampliar información en “La milenaria danza del vientre…” de Amir Thaleb. Cap. 2 – Págs. 50 a 59)

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